Parece que fue ayer cuando tuviste por primera vez a tu bebé en brazos, ¿verdad? Era tan pequeño, tan frágil. Ahora, miras su adorable sonrisa y esos dos dientecitos que enseña, y no puedes creer lo rápido que ha crecido delante de tus ojos.
Parece que cada día descubre algo nuevo sobre sí misma, y eso os fascina a los dos. Por mucho que disfrutes viéndola crecer y convertirse en una niña sana, no pasa nada si no puedes evitar sentirte un poco triste porque ya no te necesita tanto como antes.
Ahora está a punto de dar sus primeros pasos sola. Lo ves en sus ojos cuando se atreve a soltarte la mano o a ponerse de pie sin agarrarse a la mesa. Cada vez tiene más confianza en sí misma y sé que no podrías estar más orgulloso de ella.
Parece que crece de la noche a la mañana, ¿verdad? Es tan encantador verla resolver algo que ha sido un reto para ella hace sólo un par de días. ¡Celebra todas sus pequeñas victorias, mamá! No son tan pequeñas como parecen.
Antes de que te des cuenta, estará corriendo solo, haciendo docenas de preguntas sobre esa cosa en particular que le parece interesante. Seguro que nunca te habías parado a pensar en eso tan manido de que los niños crecen demasiado deprisa, hasta que te convertiste en madre.
Ahora ves exactamente lo que quieren decir. No pasa nada si no te hace tanta ilusión como pensabas verla crecer. Eso no significa que no estés orgulloso de ella o que no te vuelvas a enamorar de ella con cada carcajada que se escapa de su preciosa boca.
Celebras cada una de sus "primeras veces", pero sigue habiendo una parte de ti que se entristece al ver crecer a su bebé. Echarás de menos que se duerma en tu pecho, que te coja de la mano al ponerse de pie o que se calme con el sonido de los latidos de tu corazón.
Recuerda que no pasa nada por sentirse así.
Nadie duda de tu amor, mamá. Por muy mayor que se haga tu pequeño, amarás todas y cada una de las etapas de su vida. Aun así, siempre recordarás estos días como uno de los periodos más bonitos de tu vida.
Recordarás la primera vez que le oíste decir "mamá", la primera vez que te sonrió, el primer paso que dio sin cogerte de la mano. Ver crecer a tu bebé es una sensación agridulce. Te recuerda que un día caminará sola por la tierra.
Aunque te emociona verla hacer cosas increíbles en la vida, hay una parte de ti que desearía que siguiera siendo tu bebé para siempre. Pero recuerda: Ese bebé siempre estará ahí. La verás cada vez que la mires a los ojos.
Hay muchas cosas que esperar, así que no te sientas triste por el futuro. En todo caso, puede que te resulte aún más fácil. Piénsalo: se acabaron los pañales sucios, las noches en vela y los juguetes por todo el salón. Los dos podréis disfrutar de la vida juntos, libremente.
Lea también: Confesión de madre: Echo de menos a mis hijos cuando no están conmigo
Ahora tienes un mejor amigo para siempre. Alguien que siempre estará a tu lado, en lo bueno y en lo malo. Os animaréis mutuamente, crearéis bonitos recuerdos y os ayudaréis a crecer. ¿No es maravilloso?
Una vez que superes ese sentimiento de tristeza porque tu pequeño ya no será un bebé para siempre, verás que crecer tiene algo de hermoso. Tienes la suerte de ver a este increíble pequeño ser humano crecer, aprender y convertirse en la mejor persona que conoces.
Imagina lo orgulloso que estarás el primer día de colegio, cuando se gradúe o cuando la veas llegar al altar. Recordarás todas sus primeras veces y verás que la vida está llena de ellas, ¡y tú puedes formar parte de todo ello!
A pesar de sus altibajos, la vida es un hermoso viaje, y debes alegrarte de que tu bebé pueda vivirlo todo. No importa lo mayor que se haga, siempre tendrá a su mamá. Su roca, su pilar, su fuerza.
La persona que estuvo allí cuando pronunció sus primeras palabras y la sostuvo cuando dio sus primeros pasos. La mujer que le decía que estaba bien cada vez que se caía, la cepillaba y la ayudaba a levantarse de nuevo.
Verás que esas cosas nunca cambiarán. Habrá momentos en los que seguirás dándole la mano cuando necesite apoyo, o ayudándola a levantarse cuando la vida la derribe.
Por ahora, disfruta de estos preciosos recuerdos que estás creando con tu pequeño. Saborea cada momento y mantente presente junto a tu bebé. Estos son los días que recordarás el resto de tu vida.